Al menos 56 personas han muerto en Bangladés debido a violentos disturbios que culminaron con el derrocamiento de la primera ministra Sheikh Hasina. Los informes del Hospital Universitario de Daca y la policía local confirman la magnitud de la tragedia.
De los fallecidos, 44 fueron trasladados al Hospital Universitario de Daca, todos con heridas de bala, según un corresponsal de AFP. La policía reportó otras 11 muertes en diferentes áreas de la capital y una en Chitagón, la segunda ciudad más grande del país.
Estos disturbios han generado una crisis política y social significativa en Bangladés, con miles de manifestantes antigubernamentales ingresando al palacio de gobierno. Las fuerzas policiales han respondido con violencia, exacerbando la situación y aumentando el número de víctimas.
Este suceso ha dejado una profunda marca en la nación, y se espera que las repercusiones políticas y sociales se sientan en los próximos días. Las protestas contra el gobierno han mostrado la gravedad de la crisis, llevando a la destitución de Sheikh Hasina y sumiendo al país en una inestabilidad preocupante.
Las tensiones continúan en aumento, y la comunidad internacional observa con preocupación los desarrollos en Bangladés. La situación sigue siendo volátil, y los ciudadanos esperan una solución que traiga paz y estabilidad a la región.