Durante un recorrido de campaña por un bullicioso mercado en la alcaldía Miguel Hidalgo de la Ciudad de México, la candidata Xóchitl Gálvez, representante de la coalición Fuerza y Corazón por México, se vio envuelta en un incidente desafortunado. Mientras realizaba una evaluación de la inflación y la accesibilidad de productos básicos para los ciudadanos, un individuo no identificado lanzó un limón directamente hacia su rostro.
El ataque, aunque físicamente menor, resalta las tensiones que a menudo acompañan a la política en México. La agresión, realizada de manera sorpresiva, podría interpretarse como un símbolo de la polarización y la intensidad que caracterizan el panorama político actual en el país.
A pesar del susto y el posible peligro que representaba el lanzamiento, Xóchitl Gálvez mostró una respuesta serena y tranquila. «Estábamos superbién en el mercado y obviamente pues Morena siempre llega y con sus reventadores, pero yo soy perfecta, veme la cara», comentó, haciendo referencia al partido rival Morena y su presunta implicación en el incidente.
Las reacciones no se hicieron esperar en redes sociales y entre la opinión pública. Muchos expresaron su condena hacia el acto de violencia, independientemente de las diferencias políticas. Otros, sin embargo, cuestionaron la seguridad en los eventos de campaña y la necesidad de mantener un ambiente seguro para todos los candidatos y ciudadanos involucrados en el proceso electoral.
En conclusión, este lamentable suceso subraya la importancia de la tolerancia política y el respeto mutuo en el contexto de las elecciones. Más allá de las diferencias ideológicas, es esencial salvaguardar la integridad física y emocional de todos los actores involucrados en el proceso democrático.